En algún momento se creyó que la palabra mariachi venía de la palabra francesa "mariage" ("para la boda o la unión"), relacionando al grupo musical con las fiestas durante la ocupación francesa en el occidente de México. Ésta fue una versión muy conocida y la que más duró, incluso aparece en algunos libros de texto; sin embargo fue rechazada en 1981, cuando en los archivos de una iglesia, fue descubierta una carta escrita por el padre Cosme Santa Ana al arzobispo, en donde se queja del ruido de los "mariachis" y fechada en 1848, mucho antes de la ocupación francesa, lo que desmiente el origen francés de la palabra. La versión más acertada y sencilla es que el término mariachi se creó en Cocula, Jalisco en el siglo XVI por los indios "cocas", descendientes de los chimalhuacanos para referirse a "músico o ejecutante de algún instrumento". Sin embargo, no hay una versión oficial del origen de la palabra, pero parece ser mucho más antigua de lo que se pensaba.
Aunque gozaron de una tradición de varios centenares de años, la música del mariachi era sobre todo una forma de arte de la gente del campo usada como acompañamiento para bailar y era aprendida y enseñada "de oído" solamente. No fue sino hasta principios del siglo pasado en que el mariachi se fue estandarizando con la llegada masiva a la Ciudad de México, después de la Revolución, de grupos que interpretaban este género como el Mariachi de José y Cirilo Marmolejo, llegado al Distrito Federal en 1927. El mariachi, hasta entonces, consistía en un conjunto de instrumentos de cuerdas exclusivamente: guitarra, guitarrón, vihuela y algunas veces arpa, aunque en la parte sureste de México, también se incluyó la flauta para interpretar el huapango.
Ya entrados los años treintas, el futuro Presidente Lázaro Cárdenas, en un esfuerzo por unificar la tradición cultural y musical de México, invitó al Marichi Vargas de Tecalitlan (creado por Gaspar Vargas en 1898) a acompañarlo a su campaña en 1936, otorgándole a la música del mariachi gran popularidad y convirtiéndola en un referente de México. Vargas incluyó entonces a un músico entrenado: Rubén Fuentes para dirigir al grupo, estandarizando éste los arreglos de los sones e insistiendo en el uso de la música escrita y no fue sino hasta los años cincuentas en que fue incluida la trompeta y se adoptó el traje de charro como vestimenta del mariachi, tal y como hoy lo conocemos.
Aportación de Patricia Díaz
imagen tomada del sitio: artes9.com
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